Reseña histórica

     La Universidad Complutense de Madrid se fundó en Alcalá de Henares (de Complutum, el nombre romano de la localidad) por una iniciativa del cardenal Gonzalo Jiménez de Cisneros y se creó en 1499 gracias a una bula pontificia del Papa Alejandro VI. Parece, sin embargo, que su verdadero origen debe situarse en el 20 de mayo de 1293, fecha en la que el Rey Sancho IV de Castilla constituyó las llamadas Escuelas Generales de Alcalá, que darían origen, dos siglos después, a la Universidad Complutense del cardenal Cisneros.

      La Universidad Complutense se definió, desde su comienzo, como una universidad renacentista, universal y humanista, destinada a incrementar el conocimiento y a favorecer el florecimiento de los saberes en todos los campos de las artes, las letras y las ciencias. En el año de su fundación se establecieron sus cuatro primeras facultades, concretamente las de Teología, Derecho, Artes y Filosofía, y Medicina, si bien algunas de ellas iniciaron sus enseñanzas unos años después (en 1508). En 1510 se publicaron sus conocidas “Constituciones”, en las que se sancionaron el régimen de funcionamiento y las reglas de la Universidad, así como los planes de estudio, que habrían de regir en el futuro.

      La Universidad Complutense y la Facultad de Medicina, como Facultad de Ciencias Médicas, ya que al comienzo incluía los estudios de farmacia, se trasladaron a Madrid por una Real Orden de la Reina Isabel II de 29 de octubre de 1836. El 10 de octubre de 1845 se constituyó, mediante un Real Decreto, la Facultad de Farmacia, con lo que la Facultad de Ciencias Médicas pasó a ser, a partir de entonces y hasta la fecha, Facultad de Medicina.

      El Real Colegio de Cirugía de San Carlos, creado en 1777 por una Real Cédula de Carlos III y que había empezado a funcionar el 24 de febrero de 1787, siendo su primer director el profesor Antonio de Gimbernat y Arbós, se transformó en Hospital Clínico San Carlos de la Facultad de Medicina en1846, estableciéndose en dependencias de la propia Facultad en 1875.

      La Facultad de Medicina de la Universidad Complutense de Madrid fue durante muchos años, como corroboró la Ley Moyano de 1857, la única autorizada en España para otorgar el título de doctor en medicina. En 1954 esta potestad se concedió también a la Universidad de Salamanca y luego, años más tarde y de forma progresiva, al resto de las universidades españolas.

      En 1927 se planificó la construcción de un área universitaria en la zona de Moncloa, en terrenos cedidos por el Rey Alfonso XIII. La Facultad de Medicina fue la primera en edificarse y es, desde entonces, la sede en la que se imparten, con el apoyo de varios hospitales concertados con la Universidad Complutense, entre ellos el Hospital Clínico San Carlos, los estudios de medicina, así como los de otras titulaciones relacionadas con las ciencias de la salud. La Facultad de Medicina también alberga, físicamente, a la Escuela de Enfermería, Fisioterapia y Podología.

      Numerosos maestros de la medicina española, grandes investigadores y prestigiosos médicos han sido profesores de la Facultad. Entre ellos cabe destacar a los dos únicos premios Nobel de Medicina españoles, el profesor D. Santiago Ramón y Cajal y el profesor D. Severo Ochoa de Albornoz, ambos profesores, el primero catedrático, de la Facultad de Medicina de la Universidad Complutense de Madrid.

      La Facultad de Medicina fue la primera de España en incorporarse, en sus planes de estudio, al Espacio Europeo de Educación Superior. En este sentido, la primera promoción del denominado Plan de Bolonia finalizó sus estudios en el curso académico 2011-2012. En el momento actual, la Facultad de Medicina, que se rige por la legislación universitaria vigente, por los Estatutos de la Universidad Complutense, por el Reglamento de Centros y Estructuras de la Universidad y por el Régimen de Funcionamiento Interno, está a la espera de la próxima aprobación de los nuevos estatutos de la Universidad, al objeto de constituirse no sólo en un centro de enseñanza superior y, de facto, en una estructura de investigación del máximo nivel científico, sino también en un centro de investigación de excelencia reconocido a todos los efectos legales.